Me encuentro en
un debate entre qué es mejor, qué es más fácil, qué te hace sentir mejor, si
pedir permiso o pedir perdón.
Pedir permiso es
una costumbre para todos, estamos acostumbrados a pedir permiso para todo
(entrar en una habitación y para salir de ella, para sentarnos y levantarnos,
para estar al lado de una persona, para estar con alguien toda la vida, para
hacer nuestras necesidades vitales, para reír, para ver a nuestros amigos, para
hablar con compañeros, hasta para cumplir nuestros sueños), pedir permiso es
algo que no hace falta sentir, simplemente decirlo y esperar el consentimiento
de la otra persona.
Ahora bien,
saber pedir perdón es una virtud, una cualidad que no todos tenemos, pedir
perdón con el corazón, sintiéndolo, eso, pocos lo hacen porque hay que ser una
gran persona; que sí, que si pides perdón es porque has fallado en algo pero el
haberte arrepentido hace que, aunque no te perdonen, tú te sientas mejor.
He llegado a la
conclusión de que pedir perdón hace que haya menos fallos pero que pedir perdón
hace que seas mejor persona.
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